Apetito 19.

 Las veces que yo ví a la gente loca. La primera vez fué a mi mamá, le dió por ayudarme en la tarea del preescolar y terminó gritándome porque yo ya era zurda y ella no podía agarrarme la mano para guiarme el trazo, luego le dió porque que ella quería volver a la universidad y me entregó las llaves del apartamento, me las puso con un ganchito en la parte interior del saco del colegio, sobre el pecho, y me dijo, a la vuelta, aquí te dejo la merienda para que la comas y me esperes hasta las 8:00 de la noche. Ese día crucé la calle atestada de buses yo sola, con el terror de que no había semáforo, entré al apartamento solitario y tomé mi merienda, encendí la televisión, eran como las 4:00 p.m. y me quedé ahí pensando en cuánto tardaría mi mamá en regresar. Cuando volvió yo ya estaba dormida y no había hecho la tarea, mi madre zurumbó, arriba que hay que hacer los deberes, y así como por una semana, al final de la semana me quedé dormida en el bus del colegio, el conductor me despierta en otro lugar, ya al final de la ruta, y me tocó llamar al abuelo, que me había dado su número telefónico por esos días a que me recogiera como a las 7:00 p.m. luego del incidente en el colegio porque mi mamá no había pagado el almuerzo y no me querían servir, por lo que cogí a la señora que servía los almuerzos a bandejazos exigiendo mi comida. Fuí a vivir con mis abuelos. Mi madre sí necesitó psiquiatra pero estas otras dos no, una supuesta amiga perdió a su mamá por un cáncer y fué a vivir con su papá al que tenía encombrado, lo sobreestimaba, pero ese día que fuí de visita a ella le dió por pelear con todo el mundo, no se aguantaba ni ella, y nos gritó que no servíamos para nada y me sacó a empellones de su casa, no la volvía a ver; y esta otra supuesta, fuí a su casa como de costumbre y ese día ella estaba en la ventana de su habitación a punto de lanzarse al vacío, su mamá la agarró de la camisa y la entró, acto seguido yo le dí una bofetada por bruta, cómo se le ocurría suicidarse, y peleó conmigo y me echó de su casa, otra que tampoco volví a ver, pero lo raro es que yo sí quedé traumatizada y tuve que ir al psiquiatra, estas dos quedaron impunes. Que situaciones tan pesadas para una adolescente, soy consciente de que yo no podía hacer nada más pero llegué a sentirme culpable por los ataques de ira de las dos jóvenes.

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