Apetito 2.
Abrí un blog llamado El libro de los apetitos pero creo que el nombre me quedó grande. Había pensado en como aprovechar el blog gratuito y se me ocurrió algo así como Cultura Global, pero igual era inmenso para un cuaderno de apuntes sobre la vida cotidiana. Además me obligaba a trabajar en el formato para que se pareciera a las notas de la BBC, que no se realizar. Sé hablar en primera persona y me gusta guardar mis reflexiones, nada más. Para Cultura Global investigué sobre la xenofobia en Chile hacia los venezolanos y me encontré con algunas entrevistas sobre hechos que le habían ocurrido a los venezolanos en ese país, eran relatos de frases desdeñosas recibidas, acompañadas de porcentajes de personas en el exterior. No daba para hacer una reseña o para hacerse a una opinión que en el peor de los casos me ubicaban del lado de los xenófobos, yo también creo que los migrantes ocupan los puestos de trabajo de los locales, y que gran parte de la delincuencia es culpa suya, como ocurre con el tren de Aragua en nuestro país. No me salió la idea, y entonces se me ocurrió este libro de los apetitos que por lo pronto da cuenta de lo poco que me apetece. Empecé hablando sobre el artista pero yo no me siento parte del gremio, ni siquiera dibujo, solo tengo esa actitud estúpida de dármelas de artista por decir lo menos. Y pienso que no es un lugar para escribir relatos sobre el hecho de ser artista, sino como mujer, relatar los hechos de la vida. Una vida lenta por estos días, de domingos aburridos, y de estar al tanto de ir al médico a que le atiendan a uno un infarto.
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