Apetito 25.
En el 2011 nos cambiamos de casa, ese año vino mi hija de La Ceja, Antioquia a visitarnos, tenía 7 años, por eso lo recuerdo. Cuando empaqué todas las cosas del trasteo tuve cuidado de guardar mi título universitario en un tubo de guardar planos arquitectónicos para que no se dañara. Llegamos, sacamos todo, y el tubo no apareció, busqué por todas partes y nada, perdí mi cartón de Maestra en Artes Plásticas. Así seguí desnuda, buscando empleo con el acta de grado que milagrosamente apareció, son dos documentos que se turnan, y ayer, milagrosamente también, apareció mi título universitario enrollado con otros diplomas de mis especializaciones y varios cursos que había tomado. Me volvió el alma al cuerpo, no podía creer que después de 14 años, al fin hubiese aparecido el cartón. Por supuesto desapareció el acta de grado, pero para mí los diplomas son los mejores soportes de la hoja de vida, son tan visuales, y producen tanto orgullo, yo me sentí sin profesión, como si no hubiese hecho ningún curso avanzado, con el bachillerato. Pero al fin ya puedo decir que soy artista plástica con todas las de la ley, que felicidad la que me dió, eso sí el tubo de los planos no apareció y el cartón estaba todo ajado, pero nada que no se pueda recuperar. Me enteré entonces por mis hijos que uno puede pedir una copia del diploma a la universidad, pero no hay nada como el original, el que uno recibió en un evento solemne. Gracias señor porque ahora que estoy pensionada, el título profesional tiene mucho sentido para mí, sí hice algo con mi vida, sí tengo como probar mi capacidad y mi experiencia.
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