Apetito 32.
Las veces que les dijeron no a mis hijos fué cuando dijeron no a ser papás. No tengo nada que decir aunque parece un buen conflicto. Yo hice tanto énfasis en lo positivo que no noté que algo estuviera mal. Por un lado me evité problemas definiendo cómo educar a mis hijos, fué buena la coherencia. Para mis padres fué muy bueno tener a los niños en la casa, era como volver a criar y no les dió nido vacío, pues yo me quedé viviendo con ellos indefinidamente. Fuera de eso extendí el tiempo de la adolescencia, viví despreocupadamente mucho tiempo bajo la tutela paterna. Solo recientemente tuve que mirar las cuentas porque mi papá a su edad, 83 años, está soltando todas sus responsabilidades. Y además tenía oficina en mi casa, luego siempre estuve al tanto de todo lo que mis hijos necesitaran. Crecimos como hermanitos, con mi papá educándonos a todos. Por lo menos como buenos amigos, mamá es mamá. <yo no sentí que nos faltara otro papá que no fuera mi papá, ni mis hijos sintieron ausencia paterna, puede que algún compañerito lo haya mencionado pero fué más preocupación de la psicóloga del colegio. Como nunca hubo papá, nunca faltó. Al final vino el papá de la niña a vivir con nosotros y fué el papá de los dos muchachos. Yo creo que crecieron felices, no hubo queja, todo lo contrario, hubo mas problema en la formación de mi hija porque es demasiado consentida por todos, mi papá, los hermanos, los padres, que nos la monta. Los papás biológicos se perdieron la maravilla de ver crecer a los muchachos y la felicidad de una familia unida. Para nosotros, así estuvo bien.
Comentarios
Publicar un comentario