Apetito 37.
Yo pude estudiar otra cosa, finalmente estudiar arte no fué sino un acto de terquedad, de no querer dejar las cosas por la mitad porque a mí no me enseñaron a dejar todo a medias, era importante para mis padres persistir en la tarea, y yo seguí el mandato familiar. Antes de decidirme por arte había pensado en diseño textil pero a última hora cambié mi decisión porque me llamó la atención aprender cerámica y fotografía, lo cierto es que vocacionalmente estaba muy perdida. En el colegio nos hicieron unos tests que dieron como resultado que lo que yo debía estudiar era antropología, y de hecho tomé unos cursos de etnografía para saber qué era eso, pero tanto como estudiar antropología no, realmente no es que me interese. Aún a hoy me pregunto qué hubiese pasado si hubiese estudiado comunicación social, a mí me iba bien escribiendo textos desde la primera infancia, no hubiese estudiado literatura porque no soy buena lectora, pero comunicación era una opción y tenía televisión y radio. Bueno, probablemente radio no porque tengo problemas de alergias, casi nunca tengo voz, pero sí daban video. Luego supe que casi no hacen prácticas en audiovisual y que me tomé un curso con más horas de vuelo, luego estuvo mejor. Pero haber estudiado comunicación me hubiese permitido acceder a un empleo, artes no produce nada, frustración. Ya terminando arte, quise cambiarme a la nueva facultad de cine y televisión en la Nacional, pero de nuevo, que era mejor terminar la carrera en lugar de dejarla empezada y cambiarme a otra carrera que probablemente tampoco iba a terminar, y así hice, terminar arte y ver qué cursos podía tomar para completar mi formación, ya que saqué cero en la tesis de grado y el promedio me quedó en 3.5, luego ya no podía cursar una maestría en el exterior. Pero lo cierto es que no hice bien la tarea de averiguar bien por los otros programas académicos que ofrecían, tenía claro que yo soy negada para la medicina y para todas las carreras en el sector salud, no soy buena atendiendo pacientes, y eso de lidiar con los fluidos de los demás no era para mí. Pero pude estudiar una ingeniería, tuve buen ICFES, de 350, lo cierto es que me dieron miedo las matemáticas, a pesar de ello tomé cursos de administración de empresas para hacer un doble programa, avancé sobre la contabilidad financiera y las finanzas, no me fué mal, ni tampoco en mercadeo, ahí pude mejor con las matemáticas, pero cuando fuí a estudiar administración de empresas me enfermé, terminé en la clínica y no pude terminar el semestre. Luego apareció un técnico profesional en producción y dirección de televisión y video, y dejé tirada la carrera de administración de empresas por dos años. No soy buena en ventas, no se me dió el emprendimiento a pesar de que hice más de la mitad de la carrera de administración, pero sí fué importante cursar la especialización en gerencia y gestión cultural, lo administrativo se me da pero sin título de administradora nunca pude acceder a un buen empleo, lo cierto es que dejé para última hora la decisión del cambio de carrera y cuando iba a terminar yo ya rondaba los 35 años, me dió pereza. Yo conozco personas que iniciaron su carrera a esa edad, y que incluso hicieron doble programa, conozco a una diseñadora textil, arquitecta, le ha ido muy bien, porque persistieron y no se dejaron apabullar por la edad. Mi segunda carrera era administración de empresas, y me faltaron las matemáticas.
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