Apetito 86.
Me preguntan por la popularidad que nos dió el programa de televisión, no fué una gran popularidad, no estábamos en los canales de televisión grandes sino en el regional, y la verdad yo no fuí hasta las regiones, a Boyacá, por ejemplo, como para saber si teníamos popularidad en las calles entre la gente. Aquí es competido por la presencia de los canales nacionales, de pronto en Teleantioquia, la gente siente más cercana a su farándula. De todos modos sí se sintió, nos hacían comentarios en la calle, buenos y malos, tocó asumir esa crítica destructiva. Lo importante es no cambiar, ser uno mismo. La popularidad dura un ratico y luego se calma, la gente los hacia sonidos guturales en la calle en señal de que nos habían visto. Es importante no cambiar con los amigos, muchas veces ellos se hicieron a un lado porque son tímidos, y me sentí evitada. Llegaba gente a vendernos cosas, creyendo que teníamos mucho dinero. Aparecen los que tienen un proyecto a proponer sociedad, sobre todo los publicistas jóvenes y recién egresados, es un sector de gente que se mueve mucho, se auto promueven, le piden a uno recomendaciones. Y hay gente que no lo quiere a uno ni poquito y hacen comentarios desobligantes, se vuelve uno blanco de críticas. A veces uno se pregunta si sí valió la pena hacer el programa. Y también hay gente agradecida y gente que le reconoce a uno el trabajo. No siempre se abren las puertas, un proyecto puede tener mucho éxito y dejar deudas. Después de la propuesta hay que dejar todo en orden, los impuestos, por ejemplo. A veces hay tantas posibilidades de acción, posterior al proyecto, que uno no sabe qué escoger. Uno se pregunta, "después de ésto qué?" y comienza a medir sus opciones y también a decir que no a algunas ofertas.
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